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7. Casa del Marqués de Mudela

La casa del marqués de Mudela fue construida en el siglo XVI y, junto a la casa de la Encomienda, es una de las casas solariegas de mayor calidad constructiva de Villahermosa. En sus inicios, estaba situada en la calle de San Agustín 1, haciendo chaflán con la calle de las Mozas (hoy Ramón y Cajal) y tenía unas dimensiones muy superiores a la actual.

La casa perteneció al marqués de Montenuevo hasta el siglo XIX. Posteriormente pasa a ser propiedad del marqués de Mudela, que llegó a convertirse en uno de los empresarios vitivinícolas más importantes del país.

Entre 1856 y 1872, adquiere viñas y bodegas en Santa Cruz de Mudela, Valdepeñas, Puebla de Don Fadrique, Villacañas, Quintanar, Tomelloso, Argamasilla de Alba, Puebla de Almuradiel y Villahermosa. En la década de los 70 decide dejar sus propiedades en la villa y en 1877 vende la casa a otro terrateniente local por 5.000 pesetas.

La casa consta de una planta baja, la principal, más una segunda abuhardillada y un patio trasero que conduce a otras dependencias auxiliares.

En la fachada vemos la puerta de entrada con una ventana a cada lado y sobre ellas dos grandes ventanales con rejas de forja de estilo sobrio y funcional. Un gran balcón y un escudo con la Cruz de Santiago centran el conjunto y sobre ellos se alza un alero de canecillos de madera que les sirve de protección. Este sistema de cubrición configura un elemento estético característico, presente en otras casas importantes del casco urbano como son las de la calle Feria y Ramón Poblador.

Uno de los atractivos más interesantes de la casa está en su interior, en la planta baja. Una nave con tres bóvedas juntas con arcos de cañón de medio punto, construidas con ladrillo macizo sobre basamento de piedra. Se trata de una construcción singular en la comarca. En esta planta, además de espacios para la vivienda, había dependencias para el almacenaje y elaboración del vino, así como para el almacenaje de trigo y otros cereales. Los arcos servían como sistema de ventilación a esos semisótanos, favoreciendo la conservación de los productos agrícolas. Han estado en uso hasta el último tercio del siglo XX.

Una escalera central con escalones de baldosa de barro cocido y madera da acceso a las habitaciones de 5 metros de altura; otra secundaria conduce al piso superior, donde hay dependencias que se utilizaban como almacén de arreos, aperos de labranza y palomar. Siguiendo el sistema constructivo tradicional castellano, la techumbre de la casa es de bovedillas y vigas de pino negro, las paredes de mampostería son de buena piedra y amplio grosor.

La casa también dispone de un patio circular que unía las dependencias anexas destinadas a usos domésticos y de labor.

Con el paso de los siglos, la casa ha sufrido modificaciones, se ha ido parcelando y vendiéndose, hasta ver reducida su superficie a un cuarto de la original. Actualmente la casa funciona como un hotel rural, La Raigambre, y ha conservado gran parte de su mobiliario y de su estructura original.

Puntos de la ruta